Condena de un millón de euros por hacer pasar vino español por francés
Cinco personas han sido condenadas por el tribunal de Burdeos por usurpar la denominación de origen bordeaux con vino español a granel.
La estafa alcanzó los 2 millones de botellas en el mercado y generó 1,24 millones de beneficios a sus artífices.
La estada tuvo lugar entre 2014 a 2016 y “afrancesó” el vino español aprovechando la escasa cosecha del año 2013.
Se cree que una mala cosecha en 2013 desencadenó el fraude, en medio de la preocupación de Michel Gilin, director comercial de Celliers Vinicoles du Blayais, por no poder cumplir con los pedidos.
Según las autoridades, los beneficios totales alcanzados fueron 1,252 millones.
Algunas de las botellas presuntamente implicadas en la estafa contenían vinos comprados por unos pocos euros el litro, pero se vendían como vinos bordeleses de Saint-Émilion, Pomerol, Saint-Julien y Margaux. El resto se vendía como vino de mesa francés, que sigue exigiendo un precio superior al de sus homólogos españoles.
El vino se embotellaba como Francés con Denominación de Origen
Frédéric Georges, abogado de la Confédération Paysanne de la Gironde (CPG), declaró durante el proceso que el fraude había corrido el riesgo de “socavar la profesión, así como la imagen del vino de Burdeos”.
“Es uno de los mayores fraudes relacionados con el vino de Burdeos de la historia, tanto en cantidad como en dinero”.
Como se produjo el fraude
Para imaginar este fraude, podemos imaginar un primer triángulo, que franqueó 34.587 hectolitros de vinos españoles en 2014 y 2015, a través de la actividad comercial de Daniel Banchereau (con sede en Monchaude) comprando vinos españoles que envía a través del transportista PPB, gestionado por Sylvie Bernard (también directora administrativa de la sociedad comercial Banchereau), con un Documento Electrónico de Acompañamiento (DAE) que indica un envío a la sociedad comercial bordelesa Defivin (con sede en Saint-Loubés).
Desempeñando el papel de intermediario, esta última empresa, dirigida por Jean-Sébastien Laflèche, no recibió los vinos, sino que emitió otro DAE transfiriendo la partida a Celliers Vinicoles du Blayais (CVB, en Civrac), donde trabajaba Michel Gilin (también corredor, cuya esposa es copropietaria de Defivin).
Con 130 camiones cisterna de vino español transformados en vino bordelés/francés, la operación representaría una ganancia de 252.222 euros, según los cálculos de la administración.
El segundo triángulo del fraude transforma vino genérico a granel en 204.600 botellas de denominaciones bordelesas con un beneficio estimado de 825.879 euros.
Este esquema parte de CVB con nuevos envíos ficticios a Defivin, que transforma con nuevos DAE estos volúmenes en otras denominaciones (Margaux, Saint-Julien, Montagne Saint-Émilion…) y los transfiere a las bodegas de Bégadanet (en Bégadan), gestionadas por Fabien Figerou..
Las Condenas
Debido a la gravedad de los hechos, la naturaleza de los mismos, su duración, las cantidades implicadas y las condenas anteriores, Jean-Sébastien Laflèche fue condenado a dos años de prisión (uno en suspenso y otro bajo vigilancia electrónica), al decomiso de bienes y fondos por valor de 253.000 euros (vía embargos**) y a la prohibición durante cinco años de ejercer cualquier profesión y/o actividad relacionada con el comercio del vino.
Por las mismas razones, Michel Gilin fue condenado a 20 meses de prisión (10 meses de libertad condicional y 10 de arresto domiciliario), una multa de 200.000 euros y la prohibición de ejercer el comercio del vino. Ambos tuvieron “un papel destacado” en la red para el magistrado (fueron los únicos procesados por engaño).
Por falsificación y circulación de mercancías sin documentos de acompañamiento, Daniel Banchereau, comprador en Charente de vinos españoles, y Sylvie Bernard, encargada de la logística desde Charente, fueron condenados cada uno a 8 meses de prisión con suspensión de pena y a 20.000 euros de multa (12.000 de ellos con suspensión).
Fabien Figerou, el comerciante que embotelló los vinos fraudulentos, solo fue condenado por infracciones aduaneras en el marco de un transporte sin documento de transporte. Sobre este último punto, el tribunal validó 670.000 euros de sanciones compartidas conjuntamente por los acusados en función de cada movimiento de vino.
En cuanto a las partes civiles, solo Jean-Sébastien Laflèche y Michel Gilin fueron condenados a pagar 2.000 euros en concepto de daños morales y 500 euros en concepto de costas judiciales a las cinco partes civiles (INAO, Confédération Paysanne, Fédération des Grands Vins de Bordeaux, Conseil Interprofessionnel du Vin de Bordeaux y Fédération des Négociants de Bordeaux et de Libourne). En total, las multas impuestas superan los 1,2 millones de euros.
