Varios factores afecta al vino de California en la que parece la mayor crisis su historia reciente.
Una cosecha en 2023 superior a años anteriores, una disminución grave de la demanda que se une al descenso también de venta de excedente de otros años, lo que ha provocado además un sobrecosto en el almacenaje son los motivos por los que se ha planteado el arranque de viñas y la reducción en la producción de vino de California.
Zonas de cultivo del Vino de California
Jeff Bitter, presidente de la “Allied Grape Growers” encabeza la demanda al sector, asegurando que hay un exceso de tierras de cultivo en Central Valley, Lodi, Mendocino e incluso Sonoma.
En la conferencia anual de enero “Wine& Grape Symposium”, Jeff Bitter aseguro que deberían arrancarse alrededor de 12,000 hectáreas de viñas en California para hacer frente a los desafíos actuales del sector de la industria del vino, una tendencia que, además, refleja cambios a nivel global.
Una parte considerable de las uvas cultivadas en 2023 no fueron cosechadas por falta de demanda, y los stocks se acumulan, aumentando su costo con el aumento de las tasas de interés. “Nadie gana dinero manteniendo stocks”, insistía Jeff Bitter durante la conferencia.
La reducción de producción de vino de California
Durante su exposición, detalló, por zona de producción y por variedad de uva, las superficies a arrancar. Las dos principales zonas – el Central Valley al norte y al sur de Lodi – son donde se cultivan uvas destinadas a vinos comercializados a menos de $6 y hasta $11.
En ambos casos, el representante profesional estima que se deben arrancar 6,000 ha. rebajando 1,600 hectáreas de la variedad Zinfandel, 1,600 de Merlot y Cabernet Sauvingon, 1,600ha de Barbera, Carignan, Garnacha y Ruby Cab, y 1,200ha de variedades genéricas de vino blanco y vinos florales.
Lo mismo para las regiones costeras, excluyendo Napa y Sonoma.
Únicamente en Napa y Sonoma presentan un estado relativamente equilibrado, aunque deberían reducirse 2,000 hectáreas de cultivo, afectando incluso a cepas viejas y variedades de tinto: 800 hectáreas de Cabernet Sauvignon, 400 de Zinfandel y 400 de cepas antiguas de Pinor Noir.
La situación es alarmante, ya que California ha experimentado cosechas bajas en los últimos tres años, debido a la sequía, incendios forestales y enfermedades. En 2023, mientras que los rendimientos eran altos (17 toneladas por hectárea en promedio), la tasa de deshecho por enfermedad y falta de compradores probablemente limitó los volúmenes producidos (3.7 millones de toneladas, un +8% en comparación con 2022, según el Departamento de Agricultura de California este 9 de febrero).
“La situación actual no está equilibrada a pesar de tres cosechas bajas, lo cual es bastante alarmante”, reconoció Jeff Bitter. “Me gustaría poder enviar un mensaje más positivo, decir que la industria está floreciendo, pero actualmente tenemos desafíos por delante”.
Jeff Bitter, comentó, en particular, el movimiento anti-alcohol que se acelera en Estados Unidos, así como la competencia ejercida por otras bebidas. “Hace tiempo que los analistas del sector nos informan sobre la evolución de las preferencias de los consumidores y las tendencias. Parece que no hemos hecho mucho para abordar estos problemas de manera proactiva y ahora empezamos a sentir sus efectos negativos”.
Ciertamente, no todas las variedades de uva y las zonas están afectadas de la misma manera. En general, los blancos se desempeñan mejor que los tintos, y los segmentos premium están menos afectados que las gamas económicas. Pero en los próximos meses, otros factores entrarán en juego, especialmente la tasa de renovación de los contratos plurianuales que vinculan a los viticultores con las bodegas. “Algunos contratos expiraron después de la cosecha de 2023, lo que significa que más uvas estarán disponibles en el mercado spot, y ahí es donde vemos el impacto de los excedentes”, advierte Jeff Bitter.
Enlaces de interés: Allied Grape Growers
