En Barahonda se elaboran vinos estructurados, expresivos, de intenso color y sabor; vinos complejos y con carácter que cada año cosechan premios
Desde el altiplano murciano, Barahonda rinde tributo a la Monastrell con el aplauso de crítica y público. Con la uva más mediterránea como guía, los de la bodega de Yecla forman parte de ese grupo de vinos agradecidos a los que recurrir en cualquier momento con la garantía del éxito asegurado.
La construcción de la bodega asoma con su característica silueta de líneas sencillas y simétricas en contraste con los viejos caseríos que la rodean. Aun así, está perfectamente integrada en el paisaje del valle, construida con materiales tradicionales y rodeada por los viñedos que le proporcionan la preciada materia prima.
Desde el altiplano murciano, Barahonda rinde tributo a la Monastrell con el aplauso de crítica y público.
Barahonda se encuentra en la Denominación de Origen Yecla, en la comarca del Altiplano, una zona de transición entre la meseta y el Mediterráneo rodeada por un anillo de montañas bajas y montañas. La antigua tradición vitivinícola de esta región se remonta a la época de los fenicios, que ya cultivaban la vid en estas tierras de suelos pobres y clima extremo.
En los últimos años la pequeña DO Yecla ha ganado un rápido reconocimiento por el peculiar carácter y calidad de sus vinos elaborados con la variedad autóctona Monastrell. Actualmente, la DO Yecla alberga unas 6.500 ha de viñedo.
Modernas instalaciones para la elaboración del vino
Dentro, se pueden visitar las modernas instalaciones para la elaboración del vino, catar sus productos y contemplar el paisaje mientras se disfruta de una exquisita comida en el restaurante ubicado en la planta alta.
“En Barahonda elaboramos vinos estructurados, expresivos, de intenso color y sabor; vinos complejos y con carácter que cada año cosechan premios, reconocimientos y altas puntuaciones de los mejores críticos del mundo”, explican desde la bodega.
“Los nuestros son vinos unidos a la tierra, elaborados desde la cepa, dando a la viña el cuidado que le corresponde como parte esencial en la personalidad de un vino de calidad”.
Como proclama el símbolo de Barahonda, “los nuestros son vinos unidos a la tierra, elaborados desde la cepa, dando a la viña el cuidado que le corresponde como parte esencial en la personalidad de un vino de calidad”, agregan.
Alrededor de 1850 Pedro Candela Soriano comenzó a producir y vender localmente pequeñas cantidades de vino hasta que en 1925 Antonio Candela García fundó una pequeña bodega. Posteriormente se hizo cargo de ella Antonio Candela Poveda, que la hizo crecer y evolucionar a lo largo de los años y en la actualidad, sus dos hijos, Antonio y Alfredo, recogen el testigo y dirigen la empresa que gestiona las bodegas y las fincas familiares.
Desde la pequeña explotación local a la moderna bodega que produce vinos de calidad apreciados en los mercados internacionales, cuatro generaciones han pasado conocimientos y tradición de padres a hijos.
Desde la pequeña explotación local a la moderna bodega que produce vinos de calidad apreciados en los mercados internacionales, cuatro generaciones han pasado conocimientos y tradición de padres a hijos. “Los Candela hemos dedicado nuestra vida al vino y Barahonda es el resultado visible de esta pasión”, dicen sus productores.
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