Contenidos de la página
Las perspectivas comerciales actuales para los vinos españoles deberán traducirse en precios rentables para los viticultores
La pandemia ha traído muchos sinsabores, nos hemos tenido que adaptar a una nueva realidad. La viticultura, por su parte, ha tenido que enfrentarse a las consecuencias del COVID-19 y también a los calores estivales y el estrés hídrico.
Las perspectivas comerciales para los vino españoles presentan un panorama donde es menor la oferta que la demanda. No obstante, la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) recientemente ha reclamado que “las buenas perspectivas comerciales para los vinos españoles se traduzcan en unos precios rentables para los viticultores”.
La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos recientemente ha reclamado que “las buenas perspectivas comerciales para los vinos españoles se traduzcan en unos precios rentables para los viticultores”.
Se espera que las prácticas especulativas de grandes bodegueros e industriales frenen de forma artificial la subida de precios de la uva.
Ya se puede apreciar que Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, región que influye de forma decisiva al generar el 50% de la producción total española, acaba de ajustar su previsión de cosecha para la región en esta vendimia a unos 22,5 millones de hectolitros de vino y mosto.
Esto traerá como consecuencia un descenso de algo más del 20% respecto de los 28,5 millones de hl que se obtuvieron en la campaña anterior.
Las perspectivas comerciales están previendo en España que la producción ronde los 39-40 millones de hl de vino y mosto.
Este descenso en las cifras se debe, además, por los calores estivales y el estrés hídrico al que está siendo sometida la viña, por lo tanto las perspectivas comerciales están previendo en España que la producción ronde los 39-40 millones de hl de vino y mosto.
Se dibujaría así una cosecha media-baja que vendría en gran parte a compensar el exceso de existencias de vino acumulado como consecuencia de la bajada de consumo provocada por la pandemia en la pasada campaña.
La merma productiva no es una sorpresa
La merma productiva se venía anunciando desde hace meses y “se debe, fundamentalmente, a los efectos causados por la borrasca invernal Filomena, que provocó importes daños en madera y yemas de las viñas en las principales zonas vitícolas, así como a la incidencia añadida de posteriores heladas tardías y diversas tormentas con pedrisco”.
Por su parte, los grandes países productores Francia e Italia también esperan reducciones aún más acusadas por las heladas tardías, lo que mejorarán las perspectivas comerciales de los vinos españoles.
Por su parte, los grandes países productores Francia e Italia también esperan reducciones aún más acusadas por las heladas tardías, lo que mejorarán las perspectivas comerciales de los vinos españoles.
Veamos lo que ha planteado el ministerio de Agricultura galo: “La producción francesa de vino en 2021 podría situarse en un nivel históricamente bajo. Las autoridades francesas prevén una caída de entre 24% y 30%, debido también a algunas enfermedades de la vid, como oídio y mildiu, que proliferaron debido a las lluvias de verano, lo que debe ayudar a tener unos precios rentables en España”.
La organización de empresas agroalimentarias Coldiretti prevé que “la producción vitivinícola italiana en la campaña 2021/22 se mueva en una horquilla de entre los 44 y los 47 millones de hectolitros. Esta previsión, efectuada a principios del mes de agosto que, por tanto, podría haberse visto ya superada por la climatología, supondría una reducción cercana al 10%”.
Crece la demanda
Entre los factores que más están influyendo en un mayor dinamismo en el mercado del vino se encuentra el aumento del consumo, por la recuperación de la actividad en bares y restaurantes y el tirón del turismo nacional.
Este contexto debe empujar para tener unos precios rentables. La propia Federación Española del Vino (FEV), espera “para mediados de 2022 se haya superado la crisis generada en el sector por la pandemia y volver a las ventas de 2019″.
Se abren de esta forma perspectivas comerciales para los vinos y resto de transformados vitivinícolas españoles, tanto para abastecer a los mercados comunitarios como aquellos a los que Francia e Italia suministran habitualmente.
Igual comportamiento se puede apreciar en el contexto internacional, lo que ha generado que se incrementen las exportaciones: “De momento, el mes de mayo, último dato conocido, ha sido el mejor mayo de la serie histórica en cuanto a exportaciones y ello ha propiciado que en los cinco primeros meses de 2021”.
Se reportan crecimientos del 15% en valor y del 21% en volumen, alcanzándose los 935,3 millones de litros y los 1.122,9 millones de euros. La supresión de los aranceles de entrada a EE. UU. también ha influido en estas cifras.
Se abren de esta forma perspectivas comerciales para los vinos y resto de transformados vitivinícolas españoles, tanto para abastecer a los mercados comunitarios como aquellos a los que Francia e Italia suministran habitualmente.
¿Qué pasará con los precios para los viticultores?
Las primeras tablillas de precios de la uva publicadas por Bodegas Félix Solís para la Denominaciones de Origen y vino común no reflejan la situación real del mercado.
En este sentido, COAG pide a los viticultores que no entreguen uva sin contrato y a precios por debajo de costes. En el caso de encontrarse algún contrato de compra-venta con cláusulas abusivas en las que les obliguen a reconocer costes de producción falsos, COAG pone a disposición sus servicios jurídicos para tramitar una denuncia ante la AICA (de forma totalmente anónima) por incumplimiento de la Ley de Cadena Alimentaria.
Te puede interesar:
