La Maldita Revolution 2018 es un homenaje a la Garnacha y a la recuperación de los viñedos de esta casta delicada y sensual
La Maldita nació con la idea de recuperar los viñedos de Garnacha en La Rioja, que hoy no llegan ni al 10% del viñedo actual. El nombre de la bodega hace referencia a como era llamada la variedad Garnacha por los más viejos de la zona. La llamaban así porque les era difícil elaborar vinos de calidad. Actualmente, gracias a las técnicas vitivinícolas que conocemos se ha demostrado que sí que posible.

La Maldita Tinto está elaborado con uvas de viñedos de La Rioja Baja, plantados a 700 metros sobre el nivel del mar.
“La Maldita Tinto está elaborado con uvas de viñedos de La Rioja Baja, plantados a 700 metros sobre el nivel del mar, y con una densidad de plantación bastante alta, de 3000 a 3500 plantas por hectárea. Una densidad alta puede ayudar a equilibrar las plantas y a que estas produzcan uva de más calidad. Las plantas en vaso de La Maldita Tinto tienen unos 40 años, las que están en espaldera tienen entre 10 y 15 años. Los suelos son de gravas”, explican desde la Bodega.
La uva deLa Maldita Tinto es vendimiada manualmente. La uva pasa por una maceración prefermentativa en frío en depósitos de acero inoxidable para extraer los aromas varietales frutales. La fermentación alcohólica se hace a 28 °C durante unos 10 días practicando suaves remontados. La maloláctica la realiza en depósitos de acero inoxidable. Finalmente, un 30% del vino pasa por una crianza en barricas de roble francés y americano y el resto se queda en depósito en contacto con las lías finas.
Sobre La Maldita Revolution 2018
La Maldita Revolution es un homenaje a la Garnacha y a la recuperación de los viñedos, en tiempos abandonados, de esta casta delicada y sensual que da vinos absolutamente placenteros. Este monovarietal fue elaborado con uvas de una pequeña parcela ubicada en el término de Tudelilla. Los suelos pobrísimos en los que crece el viñedo, perfectos para la Garnacha, junto a las especiales condiciones climáticas de 2018, favorecieron una cosecha con gran potencial de guarda. Un tinto con florales y a monte bajo y un sabor afrutado realmente increíble.
- Vista: La frescura de la añada queda anticipada ya en el color, con una textura fina, casi azulada.
- Nariz: Fruta directa y crujiente, apoyada por un fondo balsámico, con presencia de monte bajo y muy floral y notas de crianza muy bien integradas.
- Boca: En boca tiene volumen, pero también agilidad, mostrándose fresco y muy largo. Notas de tiza que denotan la personalidad de la parcela y el terruño.
- Temperatura de servicio: 16 °C.