Una leyenda del vino de Napa ha lanzado un par de Pinot Noir muy interesantes del oeste de Sonoma, Joseph Phelps ha seleccionado dos bloques extraordinarios
Si busca el significado de la palabra “proem” en Merriam-Webster, encontrará “comentario preliminar”, un prefacio o un preludio. Joseph Phelps Vineyards lo amplía, poéticamente, a “preámbulo de una historia”.
Parece que la historia que tienen que contar con sus vinos más recientes es la del potencial cada vez mayor de su finca de Freestone, en el extremo oeste de Sonoma, y han embotellado el preámbulo en forma de dos nuevos y notables Pinot Noir de la propiedad: Proem nº 1 y Proem nº 2, vinos que ofrecen expresiones vívidas de pequeños bloques excepcionales en dos de los viñedos de la finca.
En el extremo oeste de Sonoma han embotellado el preámbulo en forma de dos nuevos y notables Pinot Noir de la propiedad: Proem nº 1 y Proem nº 2.
La historia no es única. A medida que un viticultor experto aprende más y más sobre sus viñedos a través de un incesante recorrido, ajustes y catas, ciertos lugares comienzan a destacar.
Para el enólogo de Joseph Phelps, Justin Ennis, se produjo un momento de reflexión en 2014, cuando un bloque (212) del viñedo Pastoral de la finca tuvo un rendimiento superior y “rogó” que se elaborara por separado, por sus ricas texturas, profundidad y concentración. En 2018, un bloque (225) del viñedo Quarter Moon también sobresalió, y los dos juntos ese año tenían una historia especial que contar.
Con estos primeros embotellados de Proem (459 dólares el conjunto), Phelps no solo se centra en dos lugares de alto rendimiento, sino también en dos clones por los que Ennis siente especial predilección.
Como dice, sobre el clon Swan del Bloque 212 del Viñedo Pastoral, “En los años de crecimiento realmente buenos, Swan es uno de mis clones favoritos para trabajar, ya que es muy floral y tiene aromas delicados en la nariz, pero tiene un perfil de sabor potente y complejo en el paladar”.
En el bloque 225 de Quarter Moon, Calera es el clon más destacado, ya que produce “vinos bien estructurados con taninos firmes y una complejidad y refinamiento que me encantan”, dice Ennis.
Las cualidades que el viticultor vio en estos bloques justificaron un tratamiento especial en 2018, para amplificar sus expresiones únicas de lugar, específicamente, algunas fermentaciones de racimos enteros, que implican un porcentaje de tallos que van a los tanques con las bayas.
Ennis explica por qué: “Me gusta la estructura general con el racimo entero. En mi opinión, el uso de racimos enteros es una forma estupenda de aportar más profundidad, especias y características saladas a los vinos. También ayuda a que el vino envejezca durante más tiempo”.
Junto con la fermentación parcial en racimo, les dio un poco más de tiempo en barrica y botella. “Los vinos de Proem son concentrados, con capas, expresivos”, dice. “Darles un poco más de tiempo en roble y luego en botella antes de lanzarlos permite que cada vino tenga tiempo de evolucionar”.
La etiqueta hace un buen reclamo para el Joseph Phelps 2018 Proem No. 1 Freestone Estate Sonoma Coast: es de Júpiter. (“No, en serio”). Pero eso sería el bloque 225 en el viñedo Quarter Moon de la finca, donde cada bloque lleva el nombre de un planeta.
Al olerlo por primera vez, la tierra se aferra a la fruta de cereza y bayas, con notas sabrosas del bosque, un toque de laurel y toques de té negro. En el paladar, un núcleo de hermosa fruta -cereza negra con bordes de bayas rojas, incluso arándanos- es arrastrado en una dirección sabrosa con notas herbáceas, y una textura de pura seda oculta la potencia y la complejidad del Pinot Noir.
¿Qué distingue estos Pinot Noir?
El Proem nº 2 no procede de un lugar tan lejano como el nº 1: solo “de más allá del viejo roble”, según la etiqueta, concretamente del bloque 212 del viñedo Pastorale. La riqueza y la profundidad se manifiestan en la nariz: cereza oscura con toques de fresa brillante que se funden con especias tostadas y toques de pino, hierbas aromáticas, incienso de sándalo y pétalos de rosa.
Aterciopelado y denso, el Pinot Noir se despliega en el paladar con capas de ciruela ácida y cereza y toques de canela sobre una veta de mineralidad, con una estructura impresionante -un equilibrio de acidez y taninos- que lleva a un largo final.
La familia Phelps fue una de las primeras en creer en el extremo occidental de la Costa de Sonoma, cuando compró una propiedad en Freestone en 1999.
Ahora, el mundo de los amantes del vino se ha dado cuenta del potencial de los lugares fríos en general, y de Sonoma Oeste en particular, para algunos de los Pinot Noir más interesantes de California.
Y con estos dos Pinot Noir, Phelps está profundizando aún más en ese potencial. “Nos centramos en la exploración de lugares y clones singulares con estos vinos Proem”, dice Ennis. “Estoy muy emocionado por explorar a fondo cada bloque. Los vinos son fascinantes y siguen evolucionando”.
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