Historia del vino: 7 elementos claves para entender su auge en diversas culturas

Historia del vino

La historia del vino cuenta que las primeras cosechas se remontan a más de 7000 años, ha pasado de ser una bebida troglodita a la alta tecnología

La historia del vino tiene de todo: belleza, magia y misterios. Los testimonios de las primeras cosechas se remontan a más de 7000 años. Desde entonces, el vino ha pasado de ser una bebida troglodita a convertirse en una industria de alta tecnología: “Hoy en día, se calcula que 1 de cada 100 habitantes del planeta está relacionado de alguna manera con la producción y comercialización del vino, y lo cierto es que todo empezó en un accidente a diferencia de la rueda”.

Los antiguos no tuvieron que inventar el vino fue algo parecido a lo que ocurrió con el fuego, un fenómeno natural que estaba ahí para ser descubierto. Cada uva es como una bodega en miniatura. Todos los elementos necesarios para convertirse en vino están presentes en ella. El método básico sigue siendo el mismo desde hace miles de años.

1. La historia del vino desde la uva

Las uvas están cubiertas de una película blanca muy fina en su transposición natural la levadura penetra en el jugo del interior. La vendimia se realiza cuando llega el momento. Para la levadura, entonces, cuando las uvas son transportadas a la bodega, la levadura entra en acción y bornos.

Los azúcares de la partida es un proceso mágico: “Lo llamamos fermentación y durante las dos semanas siguientes la levadura hará que los azúcares se conviertan en alcohol. Básicamente, es el zumo de uva fermentado por el vino. En nuestros días, disponemos de muchos elementos tecnológicos para realizar, llevar a cabo este proceso, pero los enólogos actuales no hacen mucho más que los de antaño”.

Historia del vino: hay murales en los que se muestra cómo pisaban la uva y cómo se introducía el líquido resultante en vasijas.

“Al final, todo se basa en prensar la uva y dejar que la naturaleza haga el resto. El vino que hoy bebemos es una meticulosa combinación de ciencia, arte y naturaleza a partir de viñedos, cuidadosamente seleccionados que se concentran en determinadas latitudes a ambos lados del ecuador, donde el clima es el adecuado para obtener los mejores caldos”, explican documentos especializados.

2. Los primeros vinos

En la historia del vino se documenta que el científico Patrick Mcgovern ha tratado de descubrir, como un detective en busca de pruebas, mediente exámenes  de los residuos en los vasos antiguos, cuáles fueron los primeros vinos.

En sus búquedas encontró un fragmento en Irán fechado alrededor del año 3.500 antes de Cristo: “Vemos unas manchas rojas en varios puntos de su superficie son manchas rojas oscuras, residuos sólidos del segmento de un vino muy antiguo. Una de las mejores claves es la prueba, el ácido tartárico, una sustancia específica de la uva, los residuos antiguos y se someten al juego. A continuación, la materia resultante se analiza mediante un escáner de infrarrojos”.

“La cabeza roja representa el compuesto químico sintético moderno ácido tartárico en la línea azul indica la muestra antigua que hemos extraído de este fragmento son muy coincidentes. La conclusión es que el alto valor de ácido tartárico indica la presencia de un elemento de la uva. Nuestros antepasados ya elaboraban vino hace al menos siete mil años”.

Las pruebas más antiguas encontradas hasta ahora en la historia del vino, incluyendo esta jarra y otros fragmentos que la acompañan, provienen de Oriente Medio. De acuerdo con las técnicas de análisis químico, la profundidad de la unidad y las fechas son del año 5.500 antes de Cristo. Por lo tanto, podemos hablar de una cosecha de hace 7.500 años que tal vez podríamos probar la obtención de una pequeña muestra de este pequeño fragmento. Se puede afirmar que era vino blanco y en el interior de la vasija se observaron residuos rojizos por lo que aparentemente ya en el año 5500 antes de Cristo, había vino, blanco y tinto.

La búsqueda del primer ejemplar en la historia del vino hecho para el hombre continúa. Sin embargo, llegar a saber qué impulso a su elaboración es una cuestión algo más sencilla. Una de las razones es porque, sin duda,  es embriagador por el hecho de que contiene alcohol hace la diferencia, Pero la característica más notable es que el vino tiene mucho que ver con el olor y el sabor.

3. El sabor y su rol en la historia del vino

El sabor es uno de los sentidos más primitivos y, además, afecta poderosamente a nivel hormonal: “Los investigadores creen que el hombre pasó de las vides que crecían en estado salvaje a la plantación de viñedos propios alrededor del año 5000 antes de Cristo, cuando nuestros antepasados dejaron de ser nómadas y comenzaron a practicar la agricultura”.

El libro del Génesis dice que fue el primer hombre que plantó viñas después del diluvio, posiblemente incluso probó los frutos de su primera cosecha con demasiado frenesí. Ya que en la Biblia leemos que bebió el vino y se embriagó y andaba desnudo por su tienda.

El vino no tardó en convertirse en un artículo de lujo en el mundo antiguo era del agrado de todos, pero la vid no crecía en todas partes y además, el vino de antaño tenía una vida corta, ya que, sin la tecnología de ahora se vuelve avinagrado. Se va inmediatamente. Aquella gente no tenía azufre ni botellas, ni sabía conservar el vino durante más de un año.

Básicamente, el vino era para los nobles, los plebeyos bebían cerveza. Floreció un importante comercio de vino, y algunos de los más fieles compradores fueron los primeros faraones egipcios que lo importaron para utilizarlo en vida y muerte e importar un vino para depositarlo en la tumba de uno de los paradones de la dinastía cero alrededor del año 3000 150 a.C. y lo trajeron de la región israelí-palestina.

4. Los egipcios no tardaron en aprender a hacer su propio vino

Hay murales en los que se muestra cómo pisaban la uva y cómo se introducía el líquido resultante en vasijas. Que, una vez presentados, eran transportados por el nilo en los banquetes de la nobleza. El vino era escanciado por doncellas ligeras de ropa y se bebía directamente de las copas o con pajitas en casi todas las tumbas de faraones de dinastías posteriores había jarras de vino, como si fueran privadas, bodegas para el más allá.

Historia del vino: cuando Howard Carter entró en la tumba de Tutankamón en 1922, encontró varias docenas de salas de vino en las que se incluía el nombre del viñedo.

Cuando Howard Carter entró en la tumba de Tutankamón en 1922, encontró varias docenas de salas de vino en las que se incluía el nombre del viñedo, la fecha de la cosecha, el nombre del bodeguero y la calidad del vino. Algunos estaban etiquetados como buenos, otros para celebraciones y otros para un pronto regreso. Sin duda, un prototipo de nuestros deseos de tener un buen viaje. Cuando alguien se va en muchas culturas antiguas, el vino se bebía por algo más que por placer. También era un elemento medicinal ya en el año 450.

5. Su extensión a otras culturas

En la historia del vino se cuebta que el médico griego Hipócrates prescribía vino a sus pacientes para curar todo tipo de males y también para equilibrar el organismo si se decía. Además, embellecía el rostro hacía crecer el cabello, limpiaba los dientes y lo que Hipócrates sabía sobre el vino de manera instintiva es algo que la ciencia moderna confirma ahora los estudios. Estudios recientes demuestran que el consumo moderado de vino puede disminuir el riesgo de enfermedades del corazón. Hay componentes que tienen un efecto en nuestro cuerpo.

Por ejemplo, la quentina es un relajante, moderado y el resveratrol ayuda a reducir los niveles de colesterol en la sangre si se trata de elementos positivos, pero todo esto solo llegó a entenderse en los últimos 15 o 20 años. Aún más importante para los antiguos era el hecho de que el vino aportado al agua potable era menos peligroso.

Vertían vino en el agua que bebían para evitar enfermedades. La transmisión y los microbios pueden vivir en el agua, pero ningún elemento patógeno puede sobrevivir en el vino debido al contenido de alcohol. Aquí vemos un quilis que era el típico recipiente utilizado para beber en la antigua Grecia. Es muy elegante y bonito.

Por supuesto, el vino griego siempre se bebía diluido en agua. En una proporción de 1 a 3, beber vinos y mezclarlos se consideraba una costumbre civilizada, tal y como recomendaba un escritor griego: diluido, el vino estimula el hacer el amor, mientras que el vino fuerte hace que el bebedor se sienta demasiado fatigado para tal necesidad.

Lea más información sobre  la historia del vino en la cultura griega en este post: EL VINO EN LA ANTIGUA GRECIA: ¿UN LUJO SOLO DISPONIBLE PARA LAS CLASES MÁS PUDIENTES?

Los griegos cultivaban gran parte de sus vides en las colonias que tenían en Italia, en realidad llamada el sur de la península itálica tierra de vides y estacas, el norte de Italia, los etruscos también. Elaboraban vino en la actual Toscana y, al igual que los faraones, rendían homenaje a sus vinos.

En las paredes de las tumbas alrededor de 200 aC, etruscos y griegos ya habían caído bajo el dominio de un nuevo poder que cambiaría el mundo del vino para siempre si no fuera por los romanos y el imperio que levantó los vinos que debemos hoy en día, serían muy diferentes lo lejos que los ejércitos romanos llegaron en sus campañas de conquista entre 200 aC y 200 dC, las vides fueron llevados.

6. El vino era un elemento crucial de la identidad cultural

El vino era una parte esencial de la vida y piedra angular de las civilizaciones. En ningún otro lugar del imperio se apreciaba más el vino que en Pompeya. ¿Era el principal puerto de comercio de vino del imperio mientras los habitantes de la ciudad no se lo bebían todo? Dice la historia del vino que el romano Plinio se quejaba de que los pompeyanos bebían tanto vino que sus cuerpos eran poco más que embudos humanos.

Excavaciones cerca de la ciudad de Pompeya han encontrado 31 villas a lo largo épocas de descubrimientos en la historia del vino, 29 de las cuales eran cinturones con plantaciones de bien que almacenaban. Las ánforas de vino en sus bodegas en Pompeya, una ciudad de 20.000 habitantes. Había nada menos que 200 bares y 100 puntos de venta de vino. La cultura del vino en Roma era tal que los recipientes para beber que utilizaba la nobleza eran casi tan importantes como el contenido moldeado en las copas para poder sujetarlas con las dos manos y facilitar así el beber de ellas.

Historia del vino: monjes cristianos de Europa se afanaban en intentar perfeccionar el vino. La iglesia había acumulado enormes propiedades gracias a la recaudación del diezmo y parte de esas tierras eran viñedos.

Con el desarrollo de la técnica se puso en marcha el proceso de soplado de vasos pequeños, ya que son muy ligeros y de bellos colores, por lo que el vidrio pasó a ser muy apreciado en las mesas. Los romanos servían el vino en garrafas de cristal ornamentales. La clase alta bebía el mejor vino, mientras que los esclavos tenían que conformarse con el de menor calidad.

Contenía aproximadamente la misma cantidad de alcohol que la cerveza, y vivían en el campo para refrescarse y también como fuente de energía. Por razones similares, los soldados romanos también recibían su ración diaria de vino. El vino era fundamental en el comercio de Roma, tanto como el cereal y las aceitunas. Para su transporte se sellaba en grandes vasijas circulares de arcilla llamadas ánforas que llegaban a todos los confines del imperio y en Italia.

7. El perfeccionamiento de la tecnología en la historia del vino

Cuando los romanos conquistaron Francia, también adquirieron una nueva tecnología. La barrica de vino era un invento galo más ligero y menos frágil para el transporte que el ánfora romana. Los romanos comenzaron a transportar sus vinos en barriles a partir del siglo Tercero, así marcaron un punto trascendental en la historia del vino.

La historia del vino contribuyó al auge del imperio romano y también a su caída. Las tribus bárbaras, amaban el vino, pero las leyes romanas prohibían su venta a los extranjeros, lo que quizá fue un incentivo para las fatídicas invasiones que acabarían con el imperio.

Casi 500 años después del nacimiento de Jesús el vino estaba tan integrado en el mundo romano que tenía su propia divinidad Baco, también conocido como Dionisio. En realidad, la historia del vino y la religión han estado estrechamente relacionados desde mucho antes de la época romana. El antiguo testamento y el propio Nuevo están repletos de referencias al vino.

Historia del vino: el primer milagro de Jesús fue convertir el agua en vino, pero en el siglo VII, después de Cristo, el vino y una de las grandes religiones, tomaron rumbos totalmente diferentes.

El primer milagro fue convertir el agua en vino, pero en el siglo VII, después de Cristo, el vino y una de las grandes religiones, tomaron rumbos totalmente diferentes. Gran parte del Medio Oriente renunció al vino. El profeta Mahoma lo consideró una tentación de satanás y anunció que los verdaderos musulmanes tendrían que esperar para beberlo en el paraíso.

Sin embargo, por la misma época, los monjes cristianos de Europa se afanaban en intentar perfeccionar el vino. La iglesia había acumulado enormes propiedades gracias a la recaudación del diezmo y parte de esas tierras eran viñedos. Los monasterios cultivaban la vid y elaboraban vino para los oficios religiosos, pero también con fines lucrativos y una orden de monjes franceses logró tal éxito que acabó.

Cambiando el curso de la elaboración del vino, la abadía de éxito en Borgoña, que todavía está activa en nuestros tiempos, fue fundada en el siglo XII por monjes dedicados a la viticultura, con una preocupación casi enfermiza con el detalle.

Según la leyenda, incluso probaron diferentes muestras de tierra para compararlas: “Nos preocupamos por sacar lo mejor de todas las tierras, y es que creemos que trabajar de forma creativa, es también una forma de oración. La acción de trabajar con lo que da la tierra es trabajar con las obras de Dios, para nosotros es exactamente lo mismo”.

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