Día Internacional del sommelier, oficio que no se aprende, se vive

Día Internacional del sommelier

Este 3 de junio estamos celebrando el día internacional del sommelier, un trabajo que no es fácil, pues hay que tener los sentidos muy entrenados

Decía Ludovic Anacleto: “En mi opinión, sommelier no es un título, es un oficio. No se aprende, se vive”. La profesión del sommelier requiere amor y dedicación a los vinos, por eso estaremos dedicando este post a esas personas de instintos y sentidos aguzados.

En una fecha como la del día de hoy, pero del año 1969  se estableció la celebración del Día Internacional del Sommelier, luego de la fundación de la Association de la Sommellerie Internationale, creada para promover la profesión y establecer estándares de calidad en todo el mundo en torno a este trabajo que forma parte de la industria restaurantera y gastronómica.

De acuerdo con la Asociación de Sommeliers Mexicanos, el sommelier “es un profesional del sector vitivinícola y de la restauración, bodegas u otros agentes de distribución que recomiendan y sirven bebidas en el ámbito profesional”.

El origen de los sommeliers se encuentra en Francia, en el s. XIV, cuando los monarcas empezaron a contar con catadores para sus vinos con el objetivo de comprobar que la bebida no estaba envenenada, y que se extendió hasta la Revolución Francesa. Tiempo después, la figura del catador real evolucionaría hacia la profesión que conocemos hoy en día.

La profesión de sommelier

De acuerdo con la Asociación de Sommeliers Mexicanos, el sommelier “es un profesional del sector vitivinícola y de la restauración, bodegas u otros agentes de distribución que recomiendan y sirven bebidas en el ámbito profesional”.

Ha seguido una formación que otorga un diploma o certificado conforme con la definición, el papel y las competencias previstos en esta resolución.

“El sommelier ha seguido una formación que otorga un diploma o certificado conforme con la definición, el papel y las competencias previstos en esta resolución. El sommelier contribuye en la compra de vinos y otras bebidas en función de la clientela y de la carta gastronómica del establecimiento. Participa activamente en la gestión de las existencias, en la composición y la redacción de la carta de vinos, bebidas espirituosas y otras bebidas, y aconseja a los clientes los mejores maridajes entre comidas y vinos”, explica la asociación.

  • El trabajo se realiza en los restaurantes o tiendas especializadas en venta de vinos.
  • Se basa en el asesoramiento especializado para los participantes en la compra-venta de este producto, pues el conocimiento de un sommelier garantiza la presentación y servicio adecuado de los vinos.
  • Muchos sommeliers trabajan como críticos de vinos. Uno de sus trabajos principales es participar en catas de vino, crear listas sobre los mejores vinos, compararlos y recomendar cuáles son los mejores para los maridajes con cualquier tipo de alimento.
  • Da recomendaciones al cliente, que a menudo no sabe qué tipo de vino elegir para su menú o simplemente quiere dejarse aconsejar por un buen profesional del vino.
  • Algunos otros trabajan como agentes libres, ofreciendo sus servicios como maitre – camarero especializado en restaurantes u hoteles -, relaciones públicas y conocedores del mundo gastronómico; también realizan catas, degustaciones privadas y presentaciones.
  • Un buen sommelier debe mantenerse actualizado profesionalmente, debe estar al corriente de las nuevas tendencias, pero sobre todo debe cuidar, mantener activo y educar constantemente su olfato y su paladar.

Contribuye en la compra de vinos y otras bebidas en función de la clientela y de la carta gastronómica del establecimiento.

Entre el sommelier y el enólogo existen diferencias claves aunque se dediquen a la misma industria. El enólogo es el especialista que tiene diferentes funciones dentro del proceso de elaboración del vino, su papel es importante desde el cultivo de las uvas, el seguimiento en el embotellamiento del vino, la conservación de la bebida y su comercialización.

El enólogo contribuye con su conocimiento en la elección de la uva que se cultivará en los viñedos de acuerdo con las características del terreno, clima, extensión, entre otros. También ayuda en el diseño de la bodega donde se almacenará el producto, así como en la selección de la maquinaria.

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