El vino de Galicia ha alcanzado en los últimos tiempos gran fama mundial, esto se debe a la autenticidad de los productos y su vuelta a las raíces
“Todo empezó con un sarmiento que alguien, no sabemos muy bien quién, sacó de una colección de variedades de vid. Lo que sabemos es que la planta equivocada estaba en el vivero de El Encín, en Madrid. Alguien cogió sarmientos de esa cepa que no era realmente Albariño. En realidad era una variedad francesa: Savignon Blanc. Y se llevó a Australia. Allí se hicieron grandes plantaciones y estaban exportando ese vino como «Albariño». A Estados Unidos llevaron unas muestras y demostraron que no era Albariño“, refiere un documental dedicado al despertar del vino de Galicia.
Este hecho desató una serie de acontecimientos: “Se les informó a los australianos y se vieron obligados a dejar de comercializar ese vino con el nombre de Albariño. En Australia esto causó un gran problema. Fue un conflicto muy duro que se resolvió positivamente, y que ayudó a muchos a abrir los ojos”.
Téngase en cuenta que la variedad de vid más extendida a nivel mundial es la Cabernet Sauvignon. La Cabernet Sauvignon es de origen francés y se ha extendido por todo el mundo. A pesar de que se cultiva en numerosos países, le guste o no, cuando la gente quiere probar un Cabernet Sauvignon digamos “de pura cepa”, va a por un Cabernet Sauvignon francés.
El Albariño, típico vino de Galicia
Uno de los vinos por excelencia de España es el albariño, típico vino de Galicia. Los blancos, con denominación de origen Rías Baixas y cultivados desde hace cientos de años en la región homónima gallega, son de los más valorados por su sabor ligero con intensos aromas frutales.
En el fondo es un orgullo que todo el mundo esté interesado en plantar Albariño en otros lugares, porque significa que es muy apreciado Y es obvio que se va a extender. Y debemos estar preparados para ello. Por supuesto, en Galicia los productores se dieron cuenta de que Australia producía Albariño. Lo que no sabían era que lo que se exportaba en Australia no era Albariño.
“Entonces les dije a los australianos que lo llamaran Sauvagnin Blanc, que es la variedad real y el vino se comercializa con ese nombre. Por supuesto, en Australia no les interesaba, porque el Sauvignin no tenía la buena imagen en términos de calidad que tiene el Albariño”, asegura en el documental Despertar del vino de Galicia.
La cuna del albariño está en Galicia y eso tiene que quedar claro. Ese recurso tiene que ser empleado por las bodegas para dar a los vinos un valor añadido. El vino no es solo el producto, el líquido que se bebe, es la tradición, la cultura y el paisaje. Y eso tiene que ir dentro de la botella.
Comercialización después de 2017
Las cooperativas vitivinícolas de Rías Baixas han intentado hacer a lo largo de muchos años una minucia de lo que los bodegueros de Australia o Nueva Zelanda. Allí pueden hacer con superficies de plantación con el mismo tamaño que la provincia de Pontevedra, incluso viñedos con el tamaño dedicado a producir una sola variedad.
“Es imposible competir con eso, por mucho que se crea que los costes de traerlo a Europa, comercializarlo, mercadearlo, etcétera, elevarán el precio lo suficiente como para que la simple promoción de una marca común como Rias Baixas contrarreste su competencia en el mercado nacional, O que los mercados más prestigiosos no la querrán, incluyendo Estados Unidos, Francia y tal. Es falso”.
Será perjudicial para las grandes empresas porque encontrarán competidores más grandes que ellas. Ahora van a ser los peces pequeños. Van a competir con grandes empresas de California o Australia, que van a plantar Albariño.
Claro está, sin tipicidad, los consumidores acaban eligiendo en función de la marca, las etiquetas o el precio. La tipicidad determina la identidad del vino.