Habla 23 es una excelente propuesta para los coleccionistas y celebra el esmero de la fiesta de la vendimia en Bodegas Habla
En Trujillo (Cáceres), la Bodegas Habla dedica las 24 horas del día de manera frenética a una única actividad: “La poda manual de mañana, trabajo en bodega de tarde y selección de la uva de madrugada sin solución de continuidad”. Ahí en estos viñedos ha nacido Habla 23, una joya uqe te recomendamos sí o sí.
Quizá ahí radica el secreto de productos como Habla 23, porque en esta bodega cada segundo es importante. Bodegas Habla realiza una de las vendimias más tempraneras de España. “Catamos en exclusiva el esperado nuevo vino numerado de la marca: Habla 23 (21 euros), el primer monovarietal de malbec lanzado por la bodega y del que solo se han producido unas 15.000 botellas”, explican desde la bodega.
Quizá ahí radica el secreto de productos como Habla 23, porque en esta bodega cada segundo es importante. Bodegas Habla realiza una de las vendimias más tempraneras de España.
El enólogo Eduardo de José explica que en los casi siete años que lleva vendimiando en Habla, nunca se había tenido que cancelar un jornada de poda por temporal de lluvia. El pasado 14 de septiembre fue la primera vez.
En Habla la fiesta de la vendimia se inicia a las 7:00 de la mañana con el corte de los primeros racimos en el campo; se alarga hasta las tres de la tarde con la recolección manual bajo un sol deslomante; continúa por la tarde con el trasiego en la sala de depósitos y concluye, 24 horas después, tras haber pasado toda la madrugada seleccionando las uvas con las que elaborarán los vinos.
Se trabaja sin descanso jornada tras jornada desde el 4 de agosto, cuando se inició la vendimia de la uva blanca, y hasta el 26 de septiembre, cuando concluyó la de las tintas. Ese día se celebró una fiesta en Bodegas Habla.
“Catamos en exclusiva el esperado nuevo vino numerado de la marca: Habla 23 (21 euros), el primer monovarietal de malbec lanzado por la bodega y del que solo se han producido unas 15.000 botellas”, explican desde la bodega.
Eduardo de José, director técnico de enología y viticultura, supervisa la llegada de las primeras cajas de uvas, que pesan entre 14 y 16 kilos y que, desde que se recolectaran por la mañana, han permanecido en unos remolques frigoríficos para conservar el fruto entre 4 y 6º y evitar que empiece a fermentar.
“Un primer grupo quita las hojas que hayan podido quedar tras la poda, los palos, etc. Después pasan a una elevadora que los conduce a la máquina despalilladora, encargada de sacudir el racimo para separar el raspón o la parte leñosa de las uvas que caen en grano a una segunda cinta”, explica De José.
En el segundo tramo de la cinta, un equipo, formado por mujeres, selecciona más cuidadosamente los frutos. Los de hoy son de la variedad cabernet sauvignon y extremadamente pequeños.
“Cada noche se procesan unos 36.000 kilos de uva. Seleccionarlas durante el día, bajo el justiciero sol extremeño, afectaría a la salud de los trabajadores y a la de la propia uva, por eso se aprovecha la madrugada”, dice.
Los frutos salvados de la quema “pasarán por una máquina estrujadora, encargada de romperlos un poco para facilitar la extracción del jugo y para que cuando entre en los depósitos pueda empezar la fermentación”, ilustra De José.
Atentos coleccionistas porque el mercado ha recibido una nueva joya vinícola: Habla 23 (21 euros), el primer monovarietal de malbec lanzado por la bodega y del que solo se han producido unas 15.000 botellas.
Según explica el enólogo Eduardo De José, esta variedad ha alcanzado un nivel excelente, ya que las condiciones de suelo donde crece son óptimas para su desarrollo.
“Es un vino envolvente, marcado por el carácter de la malbec, que provoca sensaciones jugosas y tiene un final fresco y largo”. Además en noviembre Habla lanzará una nueva añada de la joya de la bodega: Esencia 2016 (sirah, petit verdot y cabernet franc), que solo se comercializa en formato mágnum.
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