El vino en la Antigua Grecia: ¿un lujo solo disponible para las clases más pudientes?

por Dunia Torres González

El vino en la Antigua Grecia, dadas las condiciones climáticas y de suelo, se convirtió en un producto asequible para todas las clases sociales

El vino en la Antigua Grecia dio un giro en la historia. Las técnicas griegas de vinificación y los procesos de fabricación del vino se mejoraron paulatinamente. Esto aumentó el rendimiento de las vides, los arbustos de la familia Vitácea cuya fruta, bayas en redondo y jugoso, en racimos, se extrae el vino.

Y por eso los griegos fueron los primeros en producir vino comercialmente, convirtiéndose en uno de los principales productos de exportación. De esta forma, llevaron la cultura del vino a todas sus colonias en el Mediterráneo e incluso entre las polis griegas.

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El perfeccionamiento de las técnicas griegas de vinificación y los procesos de fabricación hicieron que el vino en la Antigua Grecia fuera altamente preciado y común.

El propio cultivo de cereales fue sustituido por el de la Vid. Que, curiosamente, se hacía mucho más rentable plantar uvas hasta el punto de que muchas ciudades-estado tuvieron que importar grano de cereal. Ya que solo plantaron vides.

Pensemos que el vino era tan asequible que hasta los esclavos lo consumían, por lo que beber vino dejó de ser una práctica exclusiva de las clases sociales más altas.

Un giro en el consumo del vino en la antigua Grecia

Y claro, eso lo cambia todo. Por eso, a partir de ese momento, los griegos empezaron a dar importancia a la procedencia del vino y también a su edad, cuanto más añejo mejor.

Esto significaba que las ánforas en las que se transportaba y almacenaba el vino tenían “etiqueta“. Estos sí sabían lo que hacían hace 3.000 años.

Y es que los griegos llegaron a asociar el consumo de vino con la cultura civilizada, distinguiendo a los bárbaros que bebían cerveza o peor, vino sin diluir. Porque, curiosamente, los griegos no tomaban el vino puro. ¡Le añadían agua al vino!

vino en la Antigua Grecia

El vino en la Antigua Grecia se comenzó a apreciar por su procedencia y también por su edad, cuanto más añejo mejor.

Nunca a la inversa, y siempre una mayor proporción de agua que de vino. Pues una mezcla a partes iguales se consideraba vino fuerte. Además, en Grecia había un ritual asociado al consumo de vino que era el simposio.

Este era el momento de beber y charlar entre los invitados tras concluir la comida principal. El llamado deipnon. Al final de la comida, los sirvientes despejaban las mesas, los invitados las adornaban con coronas de hiedra y zarcillos, vertían sobre ellas algunos perfumes y hacían circular copas llenas.

Las copas eran recipientes o vasijas de barro donde se mezclaba el agua y el vino para los invitados. Y otra cosa curiosa, también se elegía un árbitro para controlar las conversaciones.

El vino en la Antigua Grecia animaba la celebración…

El vino en la Antigua Grecia aseguraba la ronda festiva de brindis que tenía mucho de ritual. Y así comenzaban con el vertido de libaciones de vino en honor a los dioses.

La libación era un ritual o ceremonia religiosa de la antigüedad que consistía en esparcir una ofrenda de bebida a un dios. Más tarde, bajo el Dionisio y los dioses Zeus, el resto de los placeres desplegado.

Simposio: perfumes, canciones, música, bailes, juegos, conferencias, embriaguez y, también, erotismo.

El vino en la Antigua Grecia

El vino en la Antigua Grecia aseguraba la ronda festiva de brindis que tenía mucho de ritual.

Y es que los invitados eran solo hombres, las mujeres de la casa no asistían, pero admitían a las cortesanas, que eran grandes bailarinas, grandes flautistas y mejores amantes.

Y así, se creaba un ambiente agradable en el que los asistentes comentaban sus chistes y charlaban despreocupadamente, sobre todo de amor y política.

En palabras del historiador y filósofo griego Jenofonte: “Las penas de los simposios de sueño y el instinto amoroso se despiertan”. Una figura importante en este ritual era la del simposiarca, que podía ser el anfitrión o alguien del grupo elegido por votación.

 vino en la Antigua Grecia

Los invitados a las fiestas del vino en la Antigua Grecia eran solo hombres, las mujeres de la casa no asistían, pero admitían a las cortesanas, que eran grandes bailarinas, grandes flautistas y mejores amantes.

Era el que decidía la proporción de la mezcla y el número de cuencos que debían servir.

Y aunque lo normal era que el simposio comenzase y terminase en la casa del anfitrión, a veces la fiesta continuaba en la calle.

En estas juergas nocturnas de amigos llamadas komoidós se cantaban canciones satíricas y obscenas en las que se mofaban de ciudadanos individuales o de la actualidad. Y dependiendo del grado de embriaguez y de las copas consumidas, la fiesta podía acabar en “estación” por peleas y vandalismo.

Hoy en día, el simposio tiene un formato de seminarios de carácter académico, y en ellos se intercambian ideas o nuevos descubrimientos y se fomenta el debate. Eso sí, se elimina lo lúdico (el vino y las cortesanas).

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