The Macallan se ha convertido en el single malt de referencia para lo que esperan acertar siempre en sus elecciones, incluso a la hora de invertir
Los single malt no se han producido ni consumido a gran escala hasta hace escasas décadas: “Durante gran parte del pasado siglo, prácticamente solo se producían y consumían blended whiskies (o blends, como se les conoce popularmente)”, sugieren los documentos históricos.
En esta industria, se ha demostrado que mezclando varios whiskies, ya sean single malt o de grano, y que proceden de distintas destilerías se obtenen mejores resultados, pues son más fáciles de producir en masa y de comercializar.
Además, aseguran una consistencia en el sabor con el paso de los años; y “son generalmente menos intensos, más asequibles y aptos para combinados (lo que no quiere decir que sean peores; ahí están las obras maestras que sacan adelante los Master Blenders de Johnnie Walker o Dewar’s, por ejemplo), por lo que siempre han dominado el mercado global”.
The Macallan se convirtió en la referencia de los single malt
Dentro de las fronteras escocesas los single malt ya habían logrado su éxito, pero en el panorama internacional solo se conocían los blends. Este fenómeno llevó a muchas destilerías a convertirse en proveedoras de las marcas que producían blended whisky.
Un cambio, un boom…
En los años 60, no obstante, William Grant & Sons, la propietaria de Glenfiddich o The Balvenie, se lanzó a promocionar el single malt en el mercado internacional; y luego, poco a poco, otras destilerías hicieron lo propio, lanzando directamente sus propios whiskies de malta.
Y, con el cambio de siglo, llegó el verdadero boom del single malt, con la aparición de un consumidor que demandaba productos más artesanales, auténticos, intensos y trazables a su lugar de origen, aunque tuviera que pagar más por ellos (al igual que ocurrió con los vinos, las cervezas o las ginebras, entre otras muchas bebidas).
Este fue el momento en el que The Macallan se convirtió en la referencia de los single malt. Lo logró por varos motivos:
- Una filosofía basada en criterios de calidad muy exigentes (no se escatima en gastos y nada se deja al azar en la producción),
- Un marketing impecable que lo ha posicionado como el whisky más asociado con el lujo y el prestigio.
- Y por un producto excepcional, con mucha identidad en aroma y sabor, pero a la vez lo suficientemente accesible para que sea una gran puerta de entrada al whisky, ya que hasta el neófito puede apreciarlo.
Otra gran razón que explica por qué The Macallan es tan apreciado y está tan bien posicionado ahora mismo es el boom del coleccionismo de whiskies: “Es un sector que ha explotado en los últimos años, que está arrojando cifras increíbles y se está asentando como una inversión segura, ya que una botella de whisky, por muy vieja que sea, es bastante más fácil de mantener que una obra de arte”.
The Macallan, apreciada por los coleccionistas
Las The Macallan se están revalorizando en tiempo récord y de manera brutal, especialmente si son antiguas y raras. En 2018 se llegó a pagar 1,1 millones de dólares por una sola botella de whisky. Era una botella de The Macallan 1926 60 años que subastó Bonhams en Edimburgo.
Martin Green, especialista en whisky de la casa de pujas, explicó: “Está considerado el santo grial de los whiskys. Su rareza y su calidad lo sitúan en una liga aparte y todos los coleccionistas serios esperan durante muchos años a que salga una botella a la venta. Es una pieza de museo”.
Como su nombre lo indica, se destiló en 1926. Más tarde se embotelló, en 1986, y es el más antiguo dentro de la colección Fine and Rare de la destilería de Easter Elchies. Es muy seco y concentrado, envejecido en barricas que antes han contenido vino de Jerez.
En los últimos tiempos se han revalorizado de manera brutal. En 2007, Christie’s vendió una botella por 75.000 dólares y también en 2018 —menos de una década después— se ha disparado la locura: se pagaron 600.000 dólares por otra que estaba expuesta en el aeropuerto de Dubai.
Con The Macallan nunca te vas a equivocar a la hora de comprar, ya sea para disfrutar de ella, para regalar o para invertir.
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